martes, abril 04, 2006

El champú del samurai

De un par de semanas a esta estoy que no paro de ver anime (de ahí las ojeras que me gasto), y ello ha hecho que, sin quererlo ni beberlo, haya terminado con casi 5 series a la vez: Samurai Champloo, Last Exile, Black Cat, Mai Otome y Midori no Hibi. Me da un palo impresionante tener que comentarlas todas, pero me veo en la obligación de hacerlo, se lo debo a mis escasos pero fieles lectores, así que en lo sucesivo reseñaré una diaria. Por cierto, haríais bien en obviar el chiste del título...

Empezaré por Samurai Champloo, un anime que nos traslada hasta el Japón del período edo, en el cual, por avatares del destino, el destino de una joven y dos peligrosos samuráis se entrecruzan. A partir de ese encuentro, y por culpa de una promesa que les ata a la chica, se ven obligados a seguirla por todo Japón en la búsqueda de un samurai que, según ella, huele como los girasoles.

Lo que más llama la atención de esta serie es su peculiar puesta en escena: música funk, narradores tocando shamisen a ritmo de rap, escenas de lucha Tarantinianas, y todo ello perfectamente diluido en una sopa que hace del a menudo rancio mundo de los samurais, un plato distinto a todo lo visto sin hacer escarnio con ello. Es lo más parecido a una mezcla entre Rurouni Kenshin, Jet Set Radio y Kill Bill. Muy muy atípico.

Pero no puedo decir sólo eso y quedarme tan ancho ya que me dejaría lo que es, a mi modo de ver, lo más destacable de este anime: los personajes principales. Los dos samuráis, Jin y Mugen, son diametralmente diferentes, pero a la vez iguales, idénticamente salvajes a su manera; se odian pero se necesitan a la vez; se detestan pero se respetan; son malos pero bueno; son el ying y el yang de un todo, y su lozana compañera, Fuu, el peso que equilibra tan inestable balanza. No tengo ninguna duda de que son la razón del éxito de Samurai Champloo, ya que argumentalmente no es gran cosa, y peca hasta el final de tener demasiados episodios que pueden ser considerados simple relleno, amén de tener un final que se me antoja ligeramente incompleto.

Quitando esos pequeños defectos (pequeños en comparación con sus virtudes), tenemos una serie redonda y magistral tanto artística como técnicamente, con gran fidelidad histórica y que te deja pegado a la silla la mayor parte de sus 26 episodios. Actualmente se emite en el canal Cuatro español (no sé si siguen dándola), pero yo os recomendaría compraros el pack en DVD de todos los episodios y verla en versión original subtitulada (no tengo muy buena opinión de los doblajes) o bajaros del eMule la versión de Anime Underground (aunque os aviso que ellos no apoyan que se distribuyan sus series una vez licenciadas...).

En fin, mañana más. Creo que comentaré Last Exile... ya veremos.

Saludos.


2 comentarios:

esaiz dijo...

Casualmente este fin de semana vi el anime también. Es bastante entretenido, la verdad, aunque sí que hay algunos episodios que aburren y eso de hacer una capítulo recordatorio, no me parecio muy bien.
Por lo demás está bien por el pique que llevan los protagonistas masculinos a pesar de ser samurais son totalmente distintos.
Por supuesto, verla en versión original.
Un saludo

Sallem dijo...

Ya ves, es lo único reprochable de una serie casi perfecta.

Vivan las versiones originales : D.