jueves, octubre 19, 2006

Haibane Renmei

Es tiempo de actualizar este espacio. Me da una pereza terrible, pero siento la obligación de hacerlo. Además, se me van acumulando las series y tengo que ir soltando lastre. Hoy le toca a Haibane Renmei.

Una joven despierta tumbada en una habitación que no conoce. Claro que tampoco recuerda su nombre, ni siquiera su pasado. Tampoco sabe por qué las chicas que la rodean tienen alas y un halo angelical sobre sus cabezas, ni por qué ha nacido de un cálido capullo. Todo es muy extraño. El único recuerdo que conserva es una fracción del sueño que tuvo antes de despertar, y en raíz al mismo la llaman Rakka. Esa misma noche le crecen alas también a ella, y al día siguiente le traen su propio halo. Desde ese momento vivirá como una Haibane en una gran ciudad amurallada construida únicamente para custodiarlas.

Ya informado un poco de lo que me encontraría, Haibane Renmei no me sorprendió en exceso; por contra, lo que si hizo es cautivarme. Lo hicieron las encantadoras Haibane, sus historias, sus vidas, tan irrealmente convencionales, el aura de misterio que impregna todo lo que las rodea. Claro que también ayudó la maravillosa banda sonora (ideal para momentos de relax), que es acompañada a su vez por un precioso dibujo y una genial animación.

Soy incapaz de ponerle defectos a este anime. Bueno, deja muchas cosas en el aire, pero no es algo que me importara demasiado. Es como quiere ser, lo cual puede gustar a uno y desagradar a otros. No tiene acción, no hay héroes carismáticos ni objetivo prefijado, y su desarrollo es manso como el fluir de un arroyo en un día soleado. Se trata, sencillamente, de la vida de unas personas y su lucha por encontrarse a sí mismas en un mundo del que no terminan de sentirse partícipes.

En definitiva: 13 episodios repletos de ternura, sentimiento, y todas las emociones que podáis imaginar. Se merecía comentario mejor y más amplio, pero esto es todo lo que doy de mí por hoy. Haceos con ella y punto :P.

Hasta más ver.



jueves, octubre 12, 2006

Honey & Clover II

Turno para comentar la segunda y última parte de la serie más especial que han visto mis ojos.

Honey & Clover II prosigue con la historia en el mismo punto donde tan ávidos de más nos dejó la primera parte, con los personajes en plena caza de sus sueños. Y es que uno no puede simplemente sentarse y dejar escapar el tren que cree es el de su vida, no sin luchar, no sin correr tras él hasta que se acabe el andén lleno de baches. Aunque ya se haya ido lejos, aunque ya haya sonado la campana, un sueño es un sueño, y sólo puede ser reemplazado por otro.

Si la primera parte contaba con humor y drama a partes más o menos iguales, en ésta la proporción de comedia sufre un descenso considerable fruto de un mayor ahondamiento en las historias de los personajes. Debido a este hecho, si la primera parte me conmovió, ésta logró que mis lagrimales tuviesen que hacer horas extras.

Las virtudes Honey & Clover han vuelto a darse cita aquí para poner el broche de oro a una serie que, aun siendo una de las mejores de la historia, nunca tendrá la fama que merece. En mi recuerdo siempre quedará la inocencia de Hagu, la ternura de Takemoto, la perseverancia de Mayama que ocasiona el sufrimiento de Ayu, la fuerza del profesor Hanamoto, y el carisma arrollador de Morita.

Sobra decir algo sobre el espléndido apartado artístico-técnico, pues es idéntico al de su predecesora. Sólo me queda calificarla como de "vital visionado" y llorar su ausencia, pues es ciclópeo el hueco que deja en mi alma de otaku.

Desgraciadamente ningún grupo español ha terminado siquiera de subtitular la primera parte (salvo Athena no Seinto, que o mucho han mejorado o sigue sin parecerme una buena opción), por lo que los 13 episodios de la segunda todavía se harán de rogar más. Claro que si os defendéis con el inglés no tenéis excusa para no disfrutarla.

Hasta la próxima.


lunes, octubre 02, 2006

Sangre

Nada mejor para celebrar que estaré unos cuantos días libre de obligaciones laborales que hacer una pequeña reseña de una de las últimas series que han pasado por mi monitor. Han sido varias las candidatas, pero sólo una la elegida, y ésa no ha sido otra que Blood+.

Basada en Blood: El último Vampiro (película del año 2000), su versión para la pequeña pantalla nos pone en escena a Saya, una estudiante que vive en Okinawa con su padre adoptivo y sus hermanos tras perder la memoria un año atrás. Lleva una vida feliz y normal hasta que sangrientos sucesos comienzan a sucederse a su alrededor, sucesos en lo que descubrirá que está más involucrada de lo que piensa.

Estamos ante una de las series de más éxito de los últimos años, y justificado en este caso, pues bien es sabido que éxito no es siempre sinónimo de calidad (de lo contrario Pokemon sería una obra maestra).

Una historia que crece capítulo a capítulo en interés nos convierte en testigos de excepción de una lucha entre bandos con objetivos muy diferentes: unos buscan expandirse, otros controlar el mundo o ser recordados por la historia, y los hay que sólo quieren vivir, o vengarse, o simplemente redimir sus pecados para luego dejar de existir. Esta tela de araña es el desencadenante de épicas batallas donde la línea entre lo bueno y lo malo es sólo un trazo de tiza en una pizarra repleta de ecuaciones.

Hay pocas cosas que se le puedan reprochar a Blood+, y una de ellas es que tarde en arrancar. Una vez lo hace no hay quien la pare, pero quizá haya quien la encuentre un poco sosa y se aburra al principio. Tampoco me gustó en exceso la última parte de la serie, y menos aún el clímax, muy descafeinado a mi modo de ver; sin embargo me pareció bastante bien como se dejaron las cosas y eso compensó ligeramente mi impresión final. También podría decir que la protagonista es más ñoña de lo que sería deseable, o que ciertos detalles no me acabaron de encajar, pero haré un esfuerzo y no seré quisquilloso...

El aspecto técnico es algo que no puedo destacar especialmente. Empieza como casi todas, con una animación y un dibujo sublimes, pero después se mantiene en unas cotas de mediocridad que de ningún modo merece. Nada que objetar de la música, que raya siempre a un gran nivel tanto por temas orquestrales como por las canciones que dan entrada y salida a la serie, sobretodo por los primeros: Aozora no Namida, Season's Call y Colors (lamentablemente el cuarto opening no está a la altura, siendo realmente vomitivo).

En definitiva, un anime altamente recomendable para los amantes de la acción, la intriga y la sangre. 50 episodios en los que vale la pena invertir tanto el tiempo como el ancho de banda. Eso sí, podía haber sido mejor.

Cuidaos.