jueves, enero 25, 2007

Monstruo

Más vale tarde que nunca. Aquí vengo con una nueva actualización bajo el brazo que espero esté a la altura de la serie que comentaré: Monster.

Un par de gemelos rubios entran por la puerta de urgencias de un prestigioso hospital de Düsseldorf. El primero, un hermoso niño, lo hace con una grave herida de bala en la cabeza; la segunda, una preciosa niña, en estado de shock. El niño entra de inmediato en quirófano, y un habilidoso cirujano japonés, Kenzou Tenma, se dispone a llevar a cabo una operación con escasas probabilidades de éxito. En ese momento le avisan de que un nuevo paciente grave, importante personalidad política, ha ingresado de urgencia. Recibe órdenes de operarle y dejar su lugar a otro, y asiente al principio, pero enseguida duda. ¿Valen lo mismo todas las vidas? Se para en seco y gira sobre sus talones pese a las advertencias de posibles consecuencias. La operación es un éxito. Sí, sin duda, todas las vidas valen la mismo, eso piensa. Lo que ignora es que el niño al que acaba de salvar es una auténtica abominación de la naturaleza: un verdadero monstruo.

Monster es una de las tantas series que se pasaron meses recomendándome y que fui dejando de lado en el disco duro; una de esas joyas que pasan largas temporadas en el ostracismo por problemas de tiempo o ganas. Pues bien, hoy puedo decir que he añadido otro diamante a mi estuche de cd's, y lo que es más importante, a mi memoria, a mi cultura otaku.

Un deslumbrante guión engancha desde el primer minuto con una frenética sucesión de acontecimientos que remueve tanto la conciencia de protagonista como la del espectador, que es testigo de excepción del infortunio que le acecha y las disyuntivas éticas a las que se ve sometido. Pero un protagonista, por bueno que sea, no es nada sin sus compañeros de reparto, y éste es otro de los puntos fuertes de la serie. El numeroso elenco de personajes, todos con alguna cosa que decir, y sus respectiva historias, contribuyen a enriquecer una telaraña argumental en la que el espectador no puede más que quedar atrapado. Si eso le sumamos la maravillosa recreación de las dos últimas alemanias que la cronología ha conocido, y la siempre mágica y misteriosa Europa del este (no, Japón no sale en ningún momento), nos queda un cóctel que sólo el mejor barman podría preparar.

Pocos defectos puedo encontrarle a Monster. En mi opinión sufre algún que otro altibajo de consideración a lo largo de sus 74 episodios, pero hasta esos capítulos flojos merecen más la pena que buena parte de lo que se emite hoy en día. El final tampoco fue muy de mi agrado, probablemente porque me debí perder algo (¿quién sabe?), pero el buen regustillo con el que me dejó compensa todo lo que le haya podido echar en cara en alguna ocasión.

Y es que Monster está hecha para que veamos lo mejor y lo peor del género humano, nuestra frágil maleabilidad, la verdadera naturaleza de lo que se oculta bajo la máscara de convencionalidad que mostramos a esta sociedad eternamente hipócrita. Pero bajo esto también se deja ver un claro mensaje: amor, ¡amor! el mundo necesita amor, ya que es lo único que puede sujetar esa máscara, enclavarla en nuestra faz con clavos de plata y hacerla nuestra tras varias generaciones de seres que no han conocido el odio. Por esto, por el mismo que con el que la hicieron, por su música, y por más cosas, la recomiendo encarecidamente a todo el que haya tenido la paciencia de leer hasta aquí.

Por cierto, la serie está licenciada en España y tengo entendido que están realizando un doblaje de lujo, algo prácticamente inédito para un anime en este país. A ver que sale.

En fin, después de esta sinopsis que, prometo, no ha sido producto de las drogas, me despido. Espero que disfrutéis de todo este tiempo que no tendréis que aguantarme.

A cuidarse.



jueves, enero 11, 2007

Directora de producción Kuromi-chan

Toca comentar uno de esos animes que se pueden visionar en una sola tarde. Yo, personalmente, prefiero las series largas, y cuanto más mejor, pero de vez en cuando va bien devorar algo ligero que sirva como entremés a pesadas historias que puedan llegar a continuación. En fin, sin más preámbulos paso a perpetuar una pequeña reseña de Animation Runner Kuromi-chan.

Ooguro Mikiko (Kuromi para los amigos) es una alegre joven que acaba de encontrar trabajo en un pequeño estudio de anime tras terminar su formación. El primer día se presenta muy intenso e ilusionante para ella, pero desconoce que su función principal será suceder al enésimo director de producción que ha abandonado el cargo (y probablemente el mundo de los mortales) por problemas de estrés. ¿Podrá una novata como ella con toda la responsabilidad?

Gracias a la faceta didáctica de Animation Runner Kuromi-chan he podido hacerme una pequeña idea del trabajo que supone sacar un anime adelante, y lo que es más importante, he disfrutado viéndolo. Claro que lo que me enganchó de verdad fue su cara más dominante: la humorística. Y es que los compañeros de trabajo de Kuromi, como os podéis imaginar, distan mucho de ser normales, y se pasarán todo el día haciendo aún más difícil su trabajo.

Los peculiares miembros de la plantilla del Studio Petit, a cada cual más bizarro, hacen de esta serie de desenfadada animación y agradable dibujo, una divertida producción en la que vale la pena invertir una horita y media, que es lo que más o menos duran los dos OVA's (éste y éste) de los que esta compuesta. Por consiguiente la recomiendo a todo el mundo.

Esto es todo por hoy. A cuidarse.