Un sábado más acudo a mi cita tras algunos retrasos imprevistos. Espero poder mantener esta media regularidad siempre, aunque me parece difícil. Sea como sea aquí os traigo una nueva reseña, esta vez la de Hikaru no Go.
Un día lluvioso, el joven estudiante Shindou Hikaru se refugia con una amiga en el desván de su abuelo. En él encuentra un tablero de Go (un juego popular en Asia) que llama su atención a pesar de no haber jugado nunca. Cuando el chico se agacha para verlo de cerca, descubre una mancha roja, y una fulgurante luz surge detrás suyo. Entonces se desmaya. Cuando recupera el conocimiento descubre que ha sido poseido por un espíritu muy particular: el del del mejor jugador de Go de todos los tiempos.
Recuerdo con nostalgia cuando fue mi primer contacto con Hikaru no Go. Fue una de las primeras veces que visité AnimeUnderground, cuando todavía lo hacía sólo para bajar Naruto (entonces el relleno todavía no existía, que tiempos...). No la presté atención en ese momento, posiblemente porque la temática, a simple vista, no me atrajo, y también porque en esa época no era el devorador insaciable de anime que soy ahora. No podía imaginarme que, años después, me atraparía de la manera que lo ha hecho.
Imaginaos que estáis viendo una partida de ajedrez televisada, e imaginaros que se juega a un ritmo endiablado, y que podéis escuchar los pensamientos de los jugadores, de los que conocéis su carácter, su vida, sus rivalidades y temores. En definitiva, imaginaos que os divierte. Pues Hikaru no Go viene a ser eso.
Cierto es que la historia es menos creible que la sonrisa de un político mientras besuquea viejas en un mercado para promocionarse, pero todos sabemos que eso es casi lo de menos en cualquier anime. La trama engancha, mucho. Me ha resultado meritorio que se logre entretener tanto con un juego tan parsimonioso como el Go, pero claro, supongo que cuando tienes unos buenos personajes basta con ponerlos en cualquier tesitura y añadir algo del dramatismo tan típico de los animes para que funcione. Seguro que hasta el cricket resultaría apasionante de este modo.
Hikaru no Go no abandona la fórmula típica de cualquier anime deportivo, sino que la adapta de forma magistral al mundo de los tableros y las fichas. Capítulo a capítulo el espectador se empapa de movimientos, formaciones, tácticas, y lo hace sin que su interés decaiga nunca. Cierto es que tiene algún bajón, pero es de poca importancia y sobradamente compensado por el resto. Es gratificante ir aprendiendo poco a poco la mecánica del juego, así como ser testigos del crecimiento de los personajes, sobretodo del protagonista, ayudado por el Sai, el espíritu que le acompaña, y de su rival, ayudado por la determinación a ser mejor que él.
Me gustaría alabar técnicamente las partidas, pero como mi nivel de Go es mínimo, me es imposible, así poco más tengo que decir salvo algo de los aspectos superficiales. En este aspecto la animación es bastante mediocre en la mayoría de los capítulos, pero cumple, y el dibujo en general mantiene siempre un buen nivel. La música por su parte no es muy variada, pero acompaña fantásticamente, destacando aquellas que surgen en medio de las partidas y les dan un aire trascendental que queda muy bien. A destacar sobretodo el primer opening, Get Over, y los dos últimos endings, Days y Music is my Thing.
Concluyendo: 75 episodios, un OVA y una película en los que se puede invertir el siempre valioso tiempo sin miedo a tirarlo. Lástima que, como casi siempre, se queden cortos. Si queréis verla podéis recurrir a la versión que hicieron en su día los entes de AnimeUnderground. No es tan buena como las que hacen ahora, pero está bastante bien.
En fin, con esto he terminado. Sed malos.
Un día lluvioso, el joven estudiante Shindou Hikaru se refugia con una amiga en el desván de su abuelo. En él encuentra un tablero de Go (un juego popular en Asia) que llama su atención a pesar de no haber jugado nunca. Cuando el chico se agacha para verlo de cerca, descubre una mancha roja, y una fulgurante luz surge detrás suyo. Entonces se desmaya. Cuando recupera el conocimiento descubre que ha sido poseido por un espíritu muy particular: el del del mejor jugador de Go de todos los tiempos.
Recuerdo con nostalgia cuando fue mi primer contacto con Hikaru no Go. Fue una de las primeras veces que visité AnimeUnderground, cuando todavía lo hacía sólo para bajar Naruto (entonces el relleno todavía no existía, que tiempos...). No la presté atención en ese momento, posiblemente porque la temática, a simple vista, no me atrajo, y también porque en esa época no era el devorador insaciable de anime que soy ahora. No podía imaginarme que, años después, me atraparía de la manera que lo ha hecho.
Imaginaos que estáis viendo una partida de ajedrez televisada, e imaginaros que se juega a un ritmo endiablado, y que podéis escuchar los pensamientos de los jugadores, de los que conocéis su carácter, su vida, sus rivalidades y temores. En definitiva, imaginaos que os divierte. Pues Hikaru no Go viene a ser eso.
Cierto es que la historia es menos creible que la sonrisa de un político mientras besuquea viejas en un mercado para promocionarse, pero todos sabemos que eso es casi lo de menos en cualquier anime. La trama engancha, mucho. Me ha resultado meritorio que se logre entretener tanto con un juego tan parsimonioso como el Go, pero claro, supongo que cuando tienes unos buenos personajes basta con ponerlos en cualquier tesitura y añadir algo del dramatismo tan típico de los animes para que funcione. Seguro que hasta el cricket resultaría apasionante de este modo.
Hikaru no Go no abandona la fórmula típica de cualquier anime deportivo, sino que la adapta de forma magistral al mundo de los tableros y las fichas. Capítulo a capítulo el espectador se empapa de movimientos, formaciones, tácticas, y lo hace sin que su interés decaiga nunca. Cierto es que tiene algún bajón, pero es de poca importancia y sobradamente compensado por el resto. Es gratificante ir aprendiendo poco a poco la mecánica del juego, así como ser testigos del crecimiento de los personajes, sobretodo del protagonista, ayudado por el Sai, el espíritu que le acompaña, y de su rival, ayudado por la determinación a ser mejor que él.
Me gustaría alabar técnicamente las partidas, pero como mi nivel de Go es mínimo, me es imposible, así poco más tengo que decir salvo algo de los aspectos superficiales. En este aspecto la animación es bastante mediocre en la mayoría de los capítulos, pero cumple, y el dibujo en general mantiene siempre un buen nivel. La música por su parte no es muy variada, pero acompaña fantásticamente, destacando aquellas que surgen en medio de las partidas y les dan un aire trascendental que queda muy bien. A destacar sobretodo el primer opening, Get Over, y los dos últimos endings, Days y Music is my Thing.
Concluyendo: 75 episodios, un OVA y una película en los que se puede invertir el siempre valioso tiempo sin miedo a tirarlo. Lástima que, como casi siempre, se queden cortos. Si queréis verla podéis recurrir a la versión que hicieron en su día los entes de AnimeUnderground. No es tan buena como las que hacen ahora, pero está bastante bien.
En fin, con esto he terminado. Sed malos.
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