lunes, octubre 22, 2007

La Rosa de los Vientos

Ojalá no hubiera hoy post nuevo en el blog, ojalá no tuviera que catalizar cibernéticamente mi dolor por el hecho del que me he enterado esta noche en el trabajo: Juan Antonio Cebrián murió el sábado a la temprana edad de 42 años.

Juan Antonio presentaba La Rosa de los Vientos, un programa de culto dedicado al misterio, la historia y la divulgación científica, un programa que he sido muy afortunado de seguir desde hace cerca de una década (aunque de forma intermitente, por desgracia).

Gracias a su actual horario, madrugadas de domingos y lunes, podía seguir su edición dominical en mi puesto de trabajo, y esa era sin duda la mayor alegría que me daba la noche. Hoy todo ha sido diferente. Hoy lo que ha dado la bienvenida al programa ha sido una grabación suya, y tras ella ha venido la inesperada revelación de mano de uno de sus colaboradores. El resto ha sido espacio para el recuerdo y el dolor de todos los miles de oyentes que le seguíamos.

Es posible que los que no hayáis seguido el espacio, que seréis mayoría, no me entendáis, pero no exagero si digo que con Juan Antonio Cebrián se ha ido un compañero, un maestro y hasta un amigo. Me ha acompañado, me ha instruido, guiado y me ha enseñado a no dejar que los demás piensen por mí, a ser diferente.

Desde mi humilde blog quiero ofrendarle un homenaje que no pude darle cuando todavía respiraba y extender más si cabe el nombre de lo él creó ha ya mucho mucho tiempo: La Rosa de los Vientos. Si ponéis esto en el eMule os saldrán infinidad de resultados, y entre ellos multiples packs con montones de programas antiguos y recopilaciones de secciones del programa, como los ya mencionados Pasajes de la Historia, Monográficos de la Zona Cero, Pasajes del Terror, Enigmas del Mundo o tertulias de las Cuatro C entre otras. Os animo de corazón a que os animéis a sumergiros en su apasionante mundo, un mundo que espero siga viviendo de la mano de sus maravillosos colaboradores.

Un saludo a toda la comunidad Rosaventera y, como decía él, Fuerza y Honor.